jueves, octubre 12, 2006

Serpientes en el avión

Vale. Me lo merezco. Porque, seamos sinceros: ¿a quién se le ocurre ir al cine a ver una peli con este título y creer que podría gustarle lo más mínimo? Conste que puedo escudarme en que la decisión no fue enteramente mía, ya que fue el maldito pelirrojo que me acompañaba (mi amigo Guille, un hombre único que acabará saliendo en los libros de texto sobre periodismo, y si no tiempo al tiempo) quien propuso el engendro protagonizado por Sam L. Jackson (sí, le gusta que los amigos le llamen Sam) mientras que mi opción era la presumiblemente cursi "World Trade Center" de Oli Stone. Pero lanzamos la moneda al aire y salió cara, o sea, serpientes... (aprendamos de esto una valiosa lección: el bipartidismo es un mal sistema, tanto para la política de los EE.UU. como para la decisión de películas con moneda al aire).

No voy a hacer una crítica pormenorizada de la peli, faltaría más. No merece la pena. La haré en unos días de "El Laberinto del Fauno" (mi gran esperanza cinéfila de la temporada), o de alguna otra que se merezca algo más que estas dos palabras: MENUDA MIERDA.

Si algún novio con ganas de meter mano en una sala oscura, alguna chica con ganas de pasar miedo y abrazarse a uno de vosotros o algún amigo con tiempo libre y hambre de palomitas os ofrece pasar a su lado estos 90 minutos del más puro guano cinematográfico, hacedme un favor: huid.

1 comentario:

Jero Piñeiro dijo...

Ali, corazón, eres como un helado de feromonas... Ya me tarda verte (olvídate del cartilaginoso, o cartageno, o como se diga, y vuélvete a mi reino de Santiago). Muchos besos y gracias por leerme.