sábado, febrero 24, 2007

Gracias, gracias, gracias...

Te acariciaba el viento de poniente
te llevó a la arena bañada en salitre
te acariciaba un marinero en tierra
pero ésta vez no era yo.
Te conocí en Conil de la Frontera
nunca es primavera donde tú creciste
sigues teniendo carita de pena
pero no me miras con tus ojos tristes.

Bañada en salitre
flota en la memoria de los días grises
fumo en la ventana
veo tu silueta sobre el arrecife.

Algunas flores crecen en las dunas
sube la marea y se hacen invisibles
algunas duermen a la luz de la luna
persiguiendo sueños imposibles.

Bañada en salitre
flota en la memoria de los días grises
fumo en la ventana
veo tu silueta sobre el arrecife.

Ahora tendré que salir a buscarme
alguien que me arranque de cuajo la pena
de alguna manera tendré que olvidarte...

Tengo que olvidarme de alguna manera.

(Quique González, "Salitre")





Y de regalo, ¡ésto!

1 comentario:

Jero Piñeiro dijo...

Es por el saltamontes, lo sé... Yo aquel día tenía un nudo resbalando piernas abajo, jajajajaja (esto ha sonado mal, pero la verdad es más terrible aún...)