domingo, abril 12, 2009

Mis dibujantes favoritos 4: Frederik Peeters

Lo de Peeters es de otro planeta. Tanto tiene lo que haga, el tío siempre lo borda. Narrativamente es uno de los mejores dibujantes europeos del momento. Como ilustrador, su estilo parece adaptarse como un guante a los requisitos de la historia que esté desarrollando, sea ésta un relato policiaco, un slice of life o una space opera. En blanco y negro, con tintas planas, con acuarelas o color digital, los dibujos de Peeters siempre lucen perfectos en su aparente sencillez. El tío hace que lo más difícil parezca fácil, chupado.




Además, es capaz de trabajar igual de bien con historias ajenas (“Koma”, con Pierre Wazem; “R.G.” con Pierre Dragon) como con las suyas propias (imposible contar algo más íntimo y personal que lo que el autor nos desvela en “Píldoras azules”, uno de los tebeos más bonitos y asequibles para cualquier público, lector o no de comics, de los que tengo constancia); maneja con la misma comodidad el ritmo y los resortes tanto de un relato corto (“Constellation”) como de una narración de varios cientos de páginas (“Lupus”), y siempre consigue que los personajes, con sus inquietudes y emociones, se alcen del papel y se queden dibujados en nuestros surcos cerebrales con tinta indeleble.





Y ojo, que aún es muy joven: el tío tiene sólo 34 años. Teniendo en cuenta que un autor de comics puede seguir en la brecha hasta el día de su muerte (Will Eisner no dejó de dibujar al más alto nivel hasta que pasó a mejor vida, a los 88 tacos), no es descabellado afirmar que Frederik Peeters puede llegar a convertirse en uno de los dibujantes de tebeos más importantes del siglo XXI.


Ahí es nada.

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