jueves, abril 22, 2010

Beethoven y mi mamá

No creo que mi madre se parezca mucho a otras madres que hay por ahí.

A veces discutimos, como asumo que todo el mundo hace de vez en cuando con su progenitora. Otras veces la saco de quicio por cosas que digo o hago sin pensar y que a ella le duelen. Más que nada porque ella quiere siempre lo mejor para mí y tal vez sospeche que yo, con según qué actitudes, no voy a lograrlo. No digo que sus recelos siempre resulten acertados, porque creo que con los años he conseguido alcanzar al menos la madurez suficiente como para permitirme no opinar lo mismo que ella en todo, pero jamás podré dudar de que si a veces me infla un poco las narices lo hace precisamente porque cree que así está ayudándome.

En eso, supongo, sí se parece a muchas otras madres.

Pero en ocasiones también hace cosas como llamarme a las doce de la noche para decirme que ha escuchado el cuarteto de voces del “Fidelio” de Beethoven y se le han llenado los ojos de lágrimas. Así de simple. Ha oído algo increíblemente hermoso y se ha acordado de mí. Supongo que eso lo resume todo.

Y en esos momentos yo me alegro de que esa señora sea mi mamá, ¿sabéis?

7 comentarios:

entre líneas dijo...

guau! ...ahora ya sé a quien sales! ;)

Tere dijo...

...q riquiña tu mamá...

Jero Piñeiro dijo...

Tentadora: es que, en el fondo, me parezco un huevo a mi madre. Creo que siento las cosas de forma muy semejante a ella, aunque cotidianamente actúo como lo hace mi padre (o eso me gustaría). Lo mejor de ambos, en resumen ;)

Tere: ¿a que sí?

¡Besos a ambas!

Kiko Nuñez dijo...

Que grande!!!!

Anónimo dijo...

Me pones los pelos de punta con tus rayaduras,que bonito esto que dices de tú madre,yo tambien creo que te pareces a los dos y que tienes razon,son cojonudos

Unknown dijo...

Jo que bonito... yo es que como con mi madre me llevo como me llevo... Aún así siempre que nieva me llama para decírmelo. Le encanta la nieve.

Jero Piñeiro dijo...

Cousin: jeje. Gracias ;)

Anónima: gracias a ti también. No sé si me parezco a ellos tanto como debería, pero lo que está claro es que son cojonudos. Los que los conocen lo saben bien... ¡Besos!

Silvia: da igual que sea Beethoven o nieve. Lo importante es que las madres son madres 24 horas al día, 365 días al año ;) Un beso, muchacha.