martes, noviembre 02, 2010

Abarcar y apretar

Siempre me han dado repelús los famosos que quieren abarcar más de lo que son capaces de apretar. Saber del nuevo disco de Scarlett Johansson o de las incursiones cinematográficas de Jorge Lorenzo hace que me siente rematadamente mal la comida. Hay casos, sin embargo, en los que el pluriempleo de la celebrity de turno no produce monstruos sino alegres descubrimientos. No hay más que echar un ojo a la filmografía del viejo Clint, actor discreto en sus inicios (sabíamos que tenía carisma y que llenaba la pantalla con su mirada de serpiente, sí, pero aún quedaba mucho para convencernos de su talento interpretativo real), que luego se ha revelado mejor director que figurante. Algo parecido ocurre con Mel Gibson, mucho más interesante últimamente en su faceta de realizador que como rostro en pantalla (polémicas racistas/machistas aparte, claro). Y qué decir de Charles Laughton, más recordado como actor de prestigio que como director, pese a haber firmado uno (y desgraciadamente sólo uno) de los títulos capitales del Séptimo Arte: “La noche del cazador”.

Debemos suponer que esa clase de confirmación detrás de las cámaras es la que persigue Ben Affleck con su aún escasa trayectoria como director. No he visto “Adiós, pequeña, adiós”, ópera primera que me ha venido muy recomendada por algunos conocidos pero que me produce una pereza mortal, así que toda mi opinión sobre su trabajo como realizador se basa en el reciente visionado de “The Town”.


Para este segundo film, Affleck se ha decidido por una heist movie basada en el libro “Prince of thieves” de Chuck Hogan (el mismo que había colaborado con Guillermo del Toro en la escritura de la novela “Nocturna”). El argumento de la cinta presenta a un grupo de expertos ladrones de bancos que se han criado juntos en Charlestown, un barrio de Boston célebre por el número de criminales salidos de sus calles. En uno de sus golpes, el cabecilla del grupo de atracadores, Doug MacRay, conocerá a Claire, directora de la sucursal objeto de robo, y a partir de ahí, como dictan las más elementales reglas del cine comercial, todo será un no parar de complicarse las cosas.


Y es que, desgraciadamente, “The Town” transita casi religiosamente, como si fuese una obligación autoimpuesta, los más trillados senderos del cine de polis y cacos, tomando la fascinante “Heat” de Michael Mann como principal referente. Así, tenemos por un lado al ladrón que quiere dar un último golpe y cambiar de vida en compañía de su chica; a la chica honrada e inocente, ignorante del “fregao” que su nuevo machacante se trae entre manos; al agente de la ley que persigue a nuestros atracadores, un tipo íntegro pero implacable que hará todo lo que esté en su mano por echarle el guante a nuestro no-tan-mal-tipo protagonista; también, al mafioso del barrio que no permitirá que el chico de la película cambie de vida y le deje sin su principal hombre de campo; y finalmente, como no podía ser de otro modo, al conflictivo mejor amigo, drogadicto y pendenciero, cuyo violento comportamiento traerá a Doug por la calle de la amargura. ¿Me dejo algo en el tintero? Pues sí: el padre condenado a perpetua del cual el hijo aprendió los secretos del oficio. Bien, vale, entonces ya está todo. El lote completo.


La gélida fotografía en tintes azulados, la banda sonora a golpe de rítmica percusión y el montaje vibrante recuerdan también al cine de Mann y, por qué no, a “El caballero oscuro” (el primer atraco que se nos muestra en “The Town” parece una suavizada réplica del prólogo de la cinta de Nolan). Todo correctísimo, ojo, a veces incluso llegando a generar auténtico disfrute (la persecución automovilística está muy bien resuelta y además supone el punto de inflexión a partir del cual la cinta remonta un poco el vuelo), pero sin despegarse nunca de esa insistente y a ratos molesta sensación de déjà vu.


En un flagrante error de casting, debido posiblemente a la egolatría del realizador, Affleck se reserva para sí el papel principal de la película, chupando tanto plano como sea posible y poniendo cara de profundo mientras declina sus frases. El resultado es casi tan malo como de costumbre y su deficiente interpretación se ve sólo superada por la de Rebecca Hall (que nunca recuerdo si era Vicky, Cristina o Barcelona en el publirreportaje turístico de Woody Allen). Los secundarios cumplen con mayor holgura, desde luego. Jeremy Renner (recién llegado a la fama por su papel protagonista en “En tierra hostil”) convence como marrullero mejor amigo de Affleck; Chris Cooper y Pete “Kobayashi” Postlethwaite pasaban por allí (que diría Aute) y la televisiva Blake Lively (“Gossip Girl”) cumple sin aspavientos como la choni de barrio que buscará desesperadamente en Doug un padre para su Andreita (cómete el pollo).


A mí, con todo, el que me da más pena es el pobre Jon Hamm. El carismático “mad man” se esfuerza lo indecible por hacer creíble un personaje más plano que el papel higiénico y entrega un agente del FBI tan impersonal y arquetípico como, y esto es mérito exclusivamente suyo, atractivo y simpático. Le pasa un poco lo que a Christian Bale en “Enemigos públicos”: su rol está completamente vacío de connotaciones, carente de tonalidades de gris. No es un hombre, es un objetivo. Y el papel se resiente, inevitablemente.


Terminada la película, mientras las luces de la sala vuelven a encenderse y tus acompañantes ultiman un sonoro bostezo, se te queda en el cuerpo instalada una valoración muy precisa del trabajo de Affleck: buen director, guionista mediocre (sí, también firma el guión, en compañía de Peter Craig y Aaron Stockard), actor intragable.


Las buenas noticias son que algún día conseguirá entregar una película estupenda, no me cabe la menor duda. Será, claro, sobre un pulido guión ajeno y restringiendo la presencia del ex de J-Lo (otra que también...) a un solo lado de las cámaras. Pero llegará. Las malas noticias son que “The Town” no es más que un pálido reflejo de lo que el Affleck realizador podría llegar a conseguir si decidiera abarcar solamente aquello que es capaz de apretar.

Si lo sé, me espero al DVD.

2 comentarios:

marguis dijo...

Tienes que ver Adios, pequeña, adios... y luego nos lo cuentas... tiene muchos puntos positivos, porque Ben Afleck solo dirige...

Jero Piñeiro dijo...

La veré seguro, la tengo pendiente desde hace tiempo. Pero la verdad es que no es una prioridad y después de la pequeña decepción de "The Town" (la crítica la está recibiendo con mucha alegría) no sé si quiero ver otra película de Affleck tan pronto. Pero tranki, ya digo que algún día la veré ;)