sábado, enero 22, 2011

La cuerda de Brás

“Gente nace y gente muere cada día. Los demás nos limitamos a estorbar”.
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Estoy bastante convencido de que Gabriel Bá y Fábio Moon no estarían en absoluto de acuerdo con la anterior cita del enfant terrible del folk-rock nacional. Para ellos, la vida no son sólo esos dos días situados a los extremos de una cuerda. La vida es precisamente la cuerda que une esos extremos.
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Bá y Moon, pese a que sus (artísticos) apellidos puedan conducir a engaño, son dos hermanos gemelos brasileños y autores de comic, ambos, con proyección internacional. El estilo limpio y caricaturesco del primero, con obvias reminiscencias de Mike “Hellboy” Mignola y Eduardo “100 Balas” Risso, pudimos disfrutarlo en las dos miniseries publicadas hasta la fecha de “Umbrella Academy” (con guión de Gerard “My Chemical Romance” Way). Al segundo lo descubrimos ahora en España con “Daytripper”, la obra escrita y dibujada al alimón con su hermano, pese a que en EE.UU. ya haya publicado unos cuantos números del “Casanova” que escribe Matt “chica para todo de Marvel” Fraction.
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“Daytripper” está protagonizado por Brás de Oliva Domingos, hijo de un célebre escritor, que pretende seguir los pasos de su progenitor en el mundo literario pero que, mientras espera la publicación de su primera novela, subsiste como redactor de necrológicas para un periódico de São Paulo. La vida de Brás no destaca especialmente sobre la del común de los mortales. Ni heroicidades ni dramas increíbles; el hombre alimenta sus días con los mismos bocados de realidad que a todos nos endulzan y amargan la existencia: familia, amistad, trabajo, amor, paternidad...
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Lo que diferencia a “Daytripper” de otras historias intimistas de vidas anónimas no es el qué sino el cómo. Dividiendo su narración en diez episodios de 24 páginas más o menos autoconclusivos pero vinculados entre sí (entroncando con esa revalorización del formato comic-book que servidor mencionaba hace unos días a cuento del sobresaliente “Planetary” de Warren “Transmetropolitan” Ellis y John “Astonishing X-Men” Cassaday), Bá y Moon establecen una miríada de realidades paralelas en las que la vida de Brás llega a su final de un modo distinto y en un momento diferente. Cada uno de los diez capítulos de “Daytripper” culmina con la muerte de Brás (una de sus muchas muertes posibles) y la subsiguiente reseña necrológica.
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Quizás ahora os haya venido a la cabeza el personaje de Kenny en “South Park”, pero conviene advertir que los tiros van más bien en la dirección de la inspiradora película “Mr. Nobody” de Jaco Van Dormael. Aún así y pese a los paralelismos, lo que en “Mr. Nobody” devenía masturbación cósmico-trascendental aquí se resuelve de un modo más próximo y mundano, con indudables tintes de realismo mágico que, no obstante, no terminan de desanclar la existencia de Brás de la más cotidiana realidad (por poética que ésta se nos presente a veces).
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Exactamente igual que cualquiera de nosotros, Brás nace, crece, conoce gente, viaja, se enamora, sufre desengaños, discute y se reconcilia, intenta aprender a vivir con sus pequeños demonios personales y finalmente muere. Y si pasadas las primeras páginas uno comienza a sentir una fuerte empatía hacia él tal vez sea porque es un personaje creíble y cercano, con el que podemos sentirnos plenamente identificados. Al fin y al cabo, dentro de unas coordenadas específicas, la vida de unos y otros no es tan radicalmente diferente.
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Contribuye también a este vínculo emocional el ágil y expresivo estilo visual con que Fábio Moon (Bá apenas se reserva un par de escenas de carácter onírico) engalana la obra. Huyendo de cualquier preciosismo superfluo, las viñetas de “Daytripper” respiran una espontánea sencillez que las emparenta al grueso entintado cartoon de Jeff “Bone” Smith y (salvando enormes distancias) al aparentemente desaliñado estilo de Frederik “Píldoras azules” Peeters. Todo ello refrendado por una discreta efectividad narrativa que se torna vehículo perfecto para establecer el tono adecuado para lo que se nos cuenta. Y, frente a esta eficiente simplicidad de las páginas interiores, encontramos diez preciosas portadas que recogen perfectamente el espíritu lírico y vitalista de la serie.
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“Daytripper” no propone nada que uno no haya podido ver/leer/escuchar/pensar/sentir con anterioridad. De hecho, quizás sea ésa su mayor virtud: que conecta con ese sentimiento atávico, escrito en la doble hélice de adenina, timina, citosina y guanina, que nos permite intuir de un modo impreciso y esquivo, sí, pero perceptible como el murmullo lejano que se escucha a kilómetros de una playa, el auténtico sentido de la vida. Capturar eso en las páginas de un tebeo, representación bidimensional reductible a patrones de color CMYK, me parece en sí mismo un pequeño milagro.

5 comentarios:

J.J. González Haro dijo...

He oido hablar muy bien de el, pero aun no me he animado.

Espero que caiga en breve.

Nemo dijo...

Nah. No has entendido ni papa. Daytripper no es más que onanismo pretencioso y mal narrado, más pesado que llevar una vaca en brazos y que al final no cuenta ni una puñetera anécdota. En Mis Ojos, eso sí que es un buen comic.

Jero Piñeiro dijo...

Kin: pues sí te lo pillas molaría que volvieses por aquí a dejar constancia de tus impresiones. Yo he leído reseñas más positivas que otras sobre este "Daytripper" y lo empecé a leer intentando que lo que ya sabía sobre él no condicionase la lectura. Por suerte, al final del primer episodio ya me había atrapado y a partir de ahí simplemente me dejé llevar...

Fran: creo que deberías fundar el primer club oficial de "haters" de Vivès. Haríais el amigo invisible en Navidad, jugaríais partidos de solteros contra casados y celebraríais coloquios con títulos tan estupendos como "El gusto del cloro tampoco cambió mi vida" o "Bastien Vivès: ¿el Justin Bieber del comic europeo"? Y luego alguno de vosotros podría pegarle cuatro tiros a las puertas del edificio The Dakota en NY. ¿No sería fantástico?

David dijo...

Pues Mr.Nobody no la vi este año (y también la quiero ver).
Leído el post, y luego el comentario de Nemo, las riñas de chiquillos las dejo para vosotros (pero a mí En mis ojos me gustó en el aspecto gráfico...la historia era muy flojita).
Un saludito a los dos

Jero Piñeiro dijo...

"Mr. Nobody" es difícil de recomendar. Puede tanto alucinarte como parecerte un timo. Es una peli "especialita". "Daytripper" no lo es tanto, pero incidiendo en lo mismo, me parece infinitamente mejor resuelto. Y sobre "En mis ojos" Fran, tú y yo ya hemos escrito bastante más que el propio Vivès, jajaja. Corramos un tupido velo (al menos hasta que suba al blog mi top 10 de tebeos del 2010, jojojo). Por cierto, releyendo la reseña de Fran sobre "Daytripper" él recomienda, con su habitual recurso sinestésico, escucharlo en compañía del "Með Suð Í Eyrum Við Spilum Endalaust" de Sigur Rós. No podría parecerme una asociación más acertada.