miércoles, marzo 26, 2014

Hotel Anderson

“(...)
I got a good job
And I'm newly born
You should see me dressed up in my uniform
I work in a hotel, all gilt and flash
(...)”

“Bell Boy”, del doble álbum “Quadrophenia” de The Who.


A Wes Anderson le gustan los hoteles. En 2007 el cineasta texano estrenó el cortometraje “Hotel Chevalier” en el que uno de sus muchos actores fetiche, Jason Schwartzman, compartía habitación con una Natalie Portman prácticamente desnuda y, casi mejor, con el pelo cortísimo, a años luz de la recatada Reina Amidala de la ya-no-tan-nueva trilogía de “Star Wars”. El corto puede verse al completo en YouTube en este enlace, y en su día se proyectó en los cines justo antes de “Viaje a Darjeeling”, la película interpretada por Owen Wilson, Adrien Brody y el protagonista de “Bored to death” a la que servía de precuela.


En la última cinta de Anderson, “El gran hotel Budapest”, este amor por los uniformes, las suites con nombre de realeza y los suelos enmoquetados cobra vida en el lujoso establecimiento que da título al film, situado en la ficticia república europea de Zubrowka y regentado durante el período de entreguerras (siempre me ha gustado esta expresión; como si existiese algún período de la historia de la humanidad que no estuviese comprendido entre dos guerras) por Monsieur Gustave, conserje impetuoso y amante polígamo de acaudaladas viudas y solteronas. Enredado en una turbia trama de herencias millonarias y obras de arte robadas, el señor Gustave contará para su supervivencia con la inestimable ayuda de Zero, mozo en prácticas del Budapest al que ha tomado bajo su tutela y protección.


El guión de “El gran hotel Budapest”, firmado por el propio realizador, ofrece un curioso juego de narraciones en off dentro de narraciones en off, a modo de muñecas matrioskas, con cuatro líneas temporales distintas y otros tantos formatos de fotograma para diferenciarlas. El recurso sirve a Anderson para dedicar todo el film a la memoria del escritor Stefan Zweig, en cuyos trabajos se inspiran el ambiente y los caracteres de la película, y a quien el personaje interpretado por Tom Wilkinson y Jude Law (en distintas edades de su vida), lacónicamente identificado en los créditos como “El Autor” o “El Escritor”, alude de forma directa.


Siguiendo la tónica imperante en su filmografía, el director de “Moonrise Kingdom” cuenta una vez más con un elenco espectacular, en el que hasta el personaje más testimonial aparece en pantalla encarnado por un intérprete de prestigio. Echando un vistazo al elocuente cartel de la película, que recurre precisamente al impresionante reparto como principal gancho comercial, encontramos nombres tan relevantes como los de F. Murray Abraham, Mathieu Amalric, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Harvey Keitel, Edward Norton, Saoirse Ronan, Tilda Swinton, Léa Seydoux (aquí tengo que enlazar, sí o sí, la reseña que escribí sobre "La vida de Adèle"), Owen Wilson o Bill Murray, además de los mentados Jude Law, Tom Wilkinson y Jason Schwartzman (que repite por enésima vez a las órdenes de Anderson).


Encabezando esta constelación artística están el joven Tony Revolori en su debut en la gran pantalla y el veterano Ralph Fiennes, prodigio británico tan capaz de adaptar apasionadamente a Shakespeare o de convertirse en el epicentro emocional de los mejores films de Stephen Daldry (“El lector”) y Fernando Meirelles (“El jardinero fiel”) como de hacerse un hueco entre los blockbusters de moda (la saga “Harry Potter” o las execrables “Furia de titanes” y su secuela) sin perder jamás eso que los franceses denominan “charme”. En “El gran hotel Budapest” Fiennes desata su vis cómica y compone uno de los mejores protagonistas andersonianos (ser director de culto otorga el derecho a tener un adjetivo propio), a la altura del Steve Zissou de “Life Aquatic” o del animado héroe animal de “Fantástico Sr. Fox”.


Más allá de la retahíla de implicados y de las innumerables conexiones con los antecedentes de su realizador (datos todos ellos que cualquier internauta puede recavar en las correspondientes fichas de IMDb o Wikipedia), resulta difícil hacer justicia en una reseña vocacionalmente breve (como ésta) al incesante despliegue de imaginación, talento y puro ingenio que se sucede ininterrumpidamente durante los fugaces 100 minutos en los que “El gran hotel Budapest” consigue mantener al espectador con una constante sonrisa dibujada en la cara, cuando no le arranca una sonora carcajada. Su genuino sabor aventurero, más presente aquí que en ninguna otra cinta previa del director, conecta además con los iconos del tebeo francobelga de un modo posiblemente inconsciente (Anderson afirma no haber leído nunca a Tintín), pasándolos por el tamiz de aquel Ernst Lubitsch capaz de reírse de los totalitarismos sin caer en el error de banalizarlos. Aunque hay que tener en cuenta, por supuesto, que el abajo firmante es un apologista confeso de Anderson, consciente pese a todo de que los infinitos travelings laterales, los encuadres meticulosamente simétricos, la estética vintage de colores estridentes, el delicioso gusto musical (apoyado aquí en el impecable trabajo compositivo de Alexandre Desplat) y el melancólico humorismo del director de “Academia Rushmore” no son plato del gusto de todos.


Hay que sumar a todo ello, en este caso concreto, que la sola idea de partida de “El gran hotel Budapest” ya supone para mí un poderoso aliciente extracinematográfico. Para un conserje y recepcionista de hotel como yo (de uno, además, particularmente lujoso y decimonónico), secuencias tan hilarantes como la dedicada a Les Clefs d'Or tienen un componente personal que seguramente encontrará indiferente a un espectador ajeno al gremio. Hay aspectos de la vida diaria en un hotel que la última película de Anderson refleja con brillantez, incluso bajo la óptica evidentemente distorsionada de la parodia. Viendo “El gran hotel Budapest” me he sentido como supongo que se sentirían Fernando Alonso ante “Rush” de Ron Howard o Juan Tamariz ante “El truco final” de Christopher Nolan (bueno, o algo así): profundamente involucrado. Identificado, incluso, pese al abismo que separa el frío y gris mundo real de las coloridas fantasías surgidas de la mente de uno de los cineastas más inclasificables (y sin embargo perfectamente reconocibles) de nuestros días.

Es una suerte que la vigente legislación hotelera permita en este caso plasmar mi veredicto de un modo tan visual:


martes, marzo 11, 2014

Los detectives salvajes

Superado el abismo técnico y presupuestario que hasta no hace tanto había diferenciado al cine de su hermano tonto catódico, la televisión ha conseguido ganarle definitvamente la partida a las salas de proyecciones liberándose de la limitación temporal. “The Wire” es una “French Connection” de 60 horas, “Los Soprano”, la edición más extendida de “Uno de los nuestros” que uno podría desear, y “Hermanos de sangre” la versión 2.0 más grande, más larga y sin cortes de la ya de por sí monumental “Salvar al soldado Ryan”. Es en esa capacidad para el desarrollo pleno de subtramas y personajes, en esa posibilidad de no dejar nada fuera de las dos fugaces o eternas horas (tres, si dirige Peter Jackson) que dura una película convencional, donde las series demuestran su auténtico potencial. El caso de “True Detective” no es ajeno a esto: su premisa inicial (pareja de policías persiguen a asesino en serie) recuerda inevitablemente a una tonelada de films estrenados en los últimos veinte años, siendo dos películas de David Fincher, “Seven” y “Zodiac”, las referencias que mejor describen el tono de la última propuesta de la HBO.


El punto de partida de “True Detective” no tiene nada de novedoso, pero sus casi ocho horas de desarrollo permiten una exploración de la psicología de sus protagonistas que supera con creces cualquier descripción de personajes vista previamente en el cine de psycho-killers. Hasta el punto, de hecho, de que lo menos interesante de la serie acaba siendo el caso policial que la vertebra: el alma de “True Detective” se encuentra en la complicada dinámica generada entre Rust Cohle y Marty Hart, dos investigadores tan incompatibles (por método policial y actitud vital) como puedan serlo el agua y el aceite, condenados a debatir durante 17 años, a un nivel casi metafísico, sobre los misterios de la vida y la muerte.


Hay en “True Detective” un constante trasfondo filosófico, a pesar de lo que al personaje de Hart, un hombre vulgar de apetitos muy vulgares, le gustaría. Su compañero, un obsesivo detective sin pelos en la lengua llamado “óxido” (Rust en inglés), padece un caso severo de nihilismo alucinatorio con tendencia a la conspiranoia, consecuencia de sus tragedias personales y de su controvertido currículum policial. Por mucho que haya un asesino en serie sembrando el terror por los pantanos de Luisiana, el sociópata más interesante de “True Detective” es sin duda el detective Rustin Cohle. A ello contribuye, sin duda, la lección interpretativa ofrecida por el hombre del momento en Hollywood, Matthew McConaughey. El último ganador del Oscar al mejor actor principal (por la estupenda “Dallas Buyers Club”) ha conseguido darle un giro insólito a su carrera en apenas dos años. De lucir palmito como tipo-guapo-genérico y protagonizar films tan banales y alimenticios como “Los fantasmas de mis ex-novias”, “Sahara” o “Como locos a por el oro” a sorprender en “Mud” y “Killer Joe” e incluso robarle la película (y no sólo la película) en apenas 5 minutos al Leonardo DiCaprio de “El lobo de Wall Street”. Su 2014 será redondo cuando el próximo noviembre lo veamos como cabeza de cartel en el presumible nuevo taquillazo (con halo de culto) de Christopher Nolan, “Interstellar”.


El trabajo de McConaughey en “True Detective” es superlativo, a un nivel reservado para monstruos televisivos de la talla de James Gandolfini, Ian McShane o, casi casi, Bryan Cranston. En frente está Woody Harrelson defendiendo con su habitual buen hacer a un personaje necesariamente menos jugoso pero igualmente importante para el show. De la antítesis entre uno y otro, a muchos niveles, nace la chispa que incendia “True Detective”, y eso es mérito de ambos actores y de un libreto, firmado por el creador de la serie Nic Pizzolatto, plagado de diálogos rotundos y silencios aún más rotundos. Más allá de un par de tópicos difícilmente eludibles en el thriller de psicópatas, la investigación policial que ejerce de leit motiv se estructura como un meticuloso puzzle de flashbacks y narraciones en off y ofrece interesantes giros de guión, pero sobre todo permite que el arco dramático de sus personajes los lleve de un estado mental y emocional al siguiente con pasmosa naturalidad. Constatación, una vez más, de que “True Detective” es, fundamentalmente y pese a todas sus demás virtudes, una serie de personajes (¿a alguien más le resulta imposible no pensar en “Lost” cuando escucha esta expresión?).


La tercera estrella Michelin la ponen la sobrecogedora puesta en escena y el trabajo de dirección, finísimo, llevado a cabo por el realizador Cary Joji Fukunaga. Quien haya visto la última versión de “Jane Eyre” protagonizada por Mia Wasikowska y Michel Fassbender no se sorprenderá al reconocer en “True Detective” la misma atmósfera opresiva y fantasmagórica que el director de ascendencia sueco-japonesa imprimía al clásico literario de Charlotte Brontë. Fotografiado en neblinosos tonos grises y frondosos verdes, el Bayou al que cantaba John Fogerty se revela como un perfecto enclave para el terror, plagado de charlatanes con alzacuellos y catetos de los pantanos de genealogía sospechosamente endogámica. Sólo faltan John Constantine con los rasgos de un joven Sting y la Cosa del Pantano dibujada por Stephen Bissete y John Totleben para que uno se sienta como en una relectura en clave neo-noir de la mítica saga de tebeos “American Gothic” de Alan Moore.


Fukunaga asume la realización de “True Detective” con la determinación de un trabajo 100% autoral, como si fuera la obra de su vida, sin la imposición de restricciones narrativas nacidas de un supuesto complejo de inferioridad catódico. La televisión del siglo XXI puede pensar a lo grande (ahí están “Juego de Tronos” o “Boardwalk Empire”, hablándole al cine de tú a tú), y no hay nada más grande en la historia del medio, a nivel estrictamente cinematográfico, que el descomunal plano secuencia con el que culmina el cuarto episodio de esta serie, digno de una superproducción de Joe Wright (“Expiación”) o Alfonso Cuarón (“Hijos de los hombres”, “Gravity”). Desde un punto de vista técnico, “True Detective” es otro clavo más en el ataúd del Séptimo Arte tal y como se había entendido hasta ahora. O quizás ya sea hora de admitir que la línea divisoria entre cine y televisión ha desaparecido para siempre y que, lo mismo que una novela puede tener 200 páginas o 1.000, las películas del futuro (las películas del presente, en realidad) tendrán por fin la libertad narrativa que ofrecen todos los medios de difusión a su alcance, ya sea un cortometraje subido a YouTube o Vimeo, un film de dos horas exhibido en las multisalas de un centro comercial o una historia de 500 minutos emitida directamente por cable y descargada, al día siguiente, al disco duro de millones de ordenadores en todo el mundo. Contradiciendo esa expresión coloquial tan melindrosa, las cosas más grandes ya no vienen necesariamente en frascos pequeños... aunque cosas tan ínfimas como un opening de minuto y medio puedan resultar tan evocadoras.


Casualmente la gran amenaza del éxito televisivo, la antinatural longevidad folletinesca de seriales como “Prison Break”, “Dexter” o la mentada “Lost”, es uno de los males a evitar por “True Detective”. Siguiendo el modelo antológico de “American Horror Story”, la creación de Pizzolatto (fogueado como guionista en otra serie con homicidio de trasfondo, “The Killing”), narrará en cada nueva temporada un caso distinto, protagonizado por personajes (y actores) diferentes, tratando de renovar en la medida de lo posible el factor sorpresa que ha hecho de esta primera entrega de “True Detective” uno de los fenómenos televisivos más arrolladores de los últimos años. El listón está ahora en los cielos, pero como espectador me produce una gran satisfacción tener la certeza de que futuros aciertos o desmanes de la HBO no podrán echar por tierra el resultado casi perfecto de estos ocho episodios que ya forman parte de la historia de la televisión. Y, por extensión, del cine como vehículo para contar historias.

martes, marzo 04, 2014

Hachas, puentes y flechas

Mi novia es más heavy que una lluvia de hachas.

Bajo sus mechas rubias de niña buena se esconde una meninge valkiria que vibra al ritmo de Megadeath, Disturbed y el reverendísimo Ronnie James Dio (que Satán lo tenga en Su gloria). Su Gibson Les Paul, modelo Zakk Wylde, comparte pared con una Behringer blanca y negra bautizada, apropiadamente, James. Cuando discutimos de cine, mi argumento definitivo suele ser “a ti no te ha gustado la película porque no explota nada”. Cuando hablamos de bandas y discos, el punto final de su refutación lo pone el modo tierno en que me mira y susurra “¿acaso me meto yo con tu mierda de música?”. Para nuestra fortuna y por el bien de nuestra relación, existen millones de líneas de diálogo de “Los Simpson” y “Futurama” que podemos escupirnos mutuamente como ametralladoras gatling. O los libros de Orwell. O la saga de Fénix Oscura. O “Breaking Bad”. O el sushi. Aún así, a veces yo consigo arrastrarla al cine para ver alguna película que acaba gustándole aunque no salga Bruce Willis, caso de “Philomena”, o le descubro un grupo que no conocía y que le toca la fibra desde la primera escucha, como sucedió con Graveyard. Otras veces es ella la que insiste en que yo le dé una oportunidad a alguno de sus films favoritos y un servidor termina abrazado a un cojín con los ojos vidriosos y la garganta atragantada en un puchero, como en los minutos finales de “El gigante de hierro”, o se pone a escuchar con cierta desgana la última de sus recomendaciones musicales y descubre uno de esos álbumes que deberían haber estado en lo más alto del top 10 del 2013 que publiqué hace un par de meses.

Las listas con lo mejor del año son así, queridos: mientras las redactas parecen La Verdad Absoluta, pero en cuanto las subes al blog se convierten automáticamente en un puñado intrascendente de kilobytes en un mar de spam infinito. O, citando otra de esas frases que ponen tierna a mi chica, se pierden “en el tiempo como lágrimas en la lluvia”.


“Fortress”, cuarto trabajo de estudio de la banda estadounidense Alter Bridge, llegó a mi disco duro por petición expresa de F., y ya antes de terminar la primera escucha tomé la decisión de pasarlo al iPod para poder degustarlo el resto del día (y de la semana) reventando mis tímpanos desde los auriculares: mis vecinos no se merecen el volumen atronador que se necesita para disfrutar plenamente de este disco.

Por ponernos en antecedentes (grosso modo y tirando de Wikipedia): Alter Bridge son un cuarteto de hard-rock/post-grunge/ponga-usted-aquí-la-etiqueta-que-prefiera afincado en Florida y formado por el vocalista principal y guitarrista Myles Kennedy, el también guitarrista Mark Tremonti (miembro fundador de la banda Creed), el bajista Brian Marshall (Creed again) y el percusionista Scott Phillips (que, vaya, también es miembro de Creed). Abreviando: Creed – Scott Allan Stapp + Myles Kennedy = Alter Bridge. ¿Qué significa eso en lo que a mí respecta?

1) Poco, en realidad, porque antes de “Fortress” no había escuchado nada de Alter Bridge ni de Creed

y 2) que quizás debería escuchar los discos anteriores de Alter Bridge y de Creed. De hecho, F. dice que si pongo el “Weatehered” de Creed reconoceré inmediatamente el sonido guitarrero que Alter Bridge esgrimen en “Fortress”. Ella es la experta, así que me lo creo.


¿Y cuál es la opinión del lego en la materia?

“Fortress” es uno de esos discos que puedo escuchar entero una vez al día durante un mes (el tiempo que hace que lo conocí) sin aburrirme. Me vale para ir en metro, para pasar la fregona en casa, para entrenar en el gimnasio o para salir a correr. Menos para dormir, todo. Está repleto de canciones enérgicas, con estructuras sorprendentes y estribillos pegadizos, nada obvias en su desarrollo pero fáciles de asimilar. De las que apetece cantar a grito pelado. Como coger todo lo bueno de un grupo de rock progresivo (como Tool o Dream Theatre, por poco que se parezcan entre sí) y juntarlo con todo lo bueno (que también lo tienen) de bandas tan comerciales como Bon Jovi o Kiss. Todos los cortes mantienen un nivel consistente, sin altibajos durante los más de 60 minutos que dura el álbum, aunque si debo escoger sólo uno para ilustrar las virtudes de este cuarto LP de Alter Bridge, que sea “Calm the fire”.

Lo mío con “Fortress” ha sido un auténtico flechazo. De esos que hacen que te preguntes: “¿dónde has estado toda mi vida?”. La misma cuestión que a veces uno se plantea con una persona. Y si resulta ser la persona adecuada, puede que incluso la metáfora de la flecha acabe resultando poco contundente. Como decía Foxy Shazam en otro de esos discos que entraron directos en mi lista de favoritos desde la primerísima escucha: “the only way to my heart is with an axe”.

sábado, marzo 01, 2014

Las películas de los Oscars 2014

Durante la madrugada española del domingo 2 al lunes 3 de marzo se entregarán en el Dolby Theatre de Los Angeles los premios más importantes, en cuanto a popularidad y repercusión, de la industria del cine. Por consiguiente, y siguiendo la sacrosanta tradición abismal, es momento de hacer recuento, balance y predicciones en lo que respecta a las películas nominadas y a lo que un servidor cree que ocurrirá en el reparto de premios.



Las grandes favoritas

Una vez más, la Academia nomina un montón de títulos en la categoría de mejor película (9, para ser exactos) cuando es bastante obvio que sólo 4 ó 5 de ellos cuentan en la carrera por el galardón principal. Pero ya se sabe que estar nominada es una estrategia de marketing muy efectiva, y para muchos films es posiblemente la única que les asegurará una mínima recaudación.


Éstas son las 9 candidatas de este año a mejor película:

12 años de esclavitud (12 years a slave)


De qué va: Solomon Northup, un negro libre del norte de Estados Unidos, es secuestrado y vendido como esclavo para servir en las plantaciones del sur.

A qué está nominada: 9 candidaturas: película, director (Steve McQueen), actor principal (Chiwetel Ejiofor), actor de reparto (Michael Fassbender), actriz de reparto (Lupita Nyong'o), guión adaptado, montaje, dirección artística y vestuario.

Puntos fuertes: tras ser ninguneados en las nominaciones a los Oscar por su anterior colaboración en "Shame", la Academia podría intentar compensar tanto a McQueen (director) como a un inmenso Michael Fassbender. Un reparto espléndido encabezado por Chiwetel Ejiofor, un rostro conocido al que por fin Hollywood ha puesto nombre. Técnica y narrativamente es impecable, y se encuentra en un equilibrio perfecto entre la personalidad del cine de autor y un clasicismo más asimilable por el gran público.

Puntos débiles: su brutalidad, que obligará a algunos espectadores a apartar la mirada de la pantalla en más de una ocasión. En una celebración que tiende más al patriotismo que a la autocrítica nacional, su despiadado retrato de la Norteamérica esclavista podría disgustar a más de un académico.

Una opinión personal: retrato de un acontecimiento histórico al que el cine aún no había hecho justicia (siempre tratado tangencialmente, o como trasfondo, o desde el punto de vista de los libertadores y no de los esclavos), "12 años de esclavitud" es una tragedia sin contemplaciones, crudísima y desasosegante, que no cae en la sensiblería a la que otros cineastas más cómodos habrían recurrido para alcanzar un convencional clímax lacrimógeno. McQueen, más cerca del Polanski de "El pianista" que del Spielberg de "La lista de Schindler", entrega la que sin duda será la mayor referencia cinematográfica sobre la esclavitud durante mucho, muchísimo tiempo, del mismo modo que aquéllas lo son aún del Holocausto. Contundente, crítica, brillantemente interpretada y sin renunciar ni a una migaja de calidad cinematográfica en pos de la comercialidad, "12 años de esclavitud" es la perfecta película oscarizable.

¿VereGIFto?




Las gran estafa americana (American hustle)


De qué va: una pareja de timadores se ve obligada a colaborar con un impulsivo agente del FBI en un caso de corrupción política.

A qué está nominada: 10 candidaturas: película, director (David O. Russell), actor principal (Christian Bale), actriz principal (Amy Adams), actor de reparto (Bradley Cooper), actriz de reparto (Jennifer Lawrence), guión original, montaje, dirección artística y vestuario.

Puntos fuertes: la transformación física (peluquín incluido) de Christian "R U professional?" Bale. Amy Adams, fabulosa con su impostado acento inglés. La divertida ambientación setentera. Una carrera plagada de éxitos en los premios previos a los Oscar que la postulan, pese a la presencia de competidoras más sólidas, como la "Argo" de 2014.

Puntos débiles: Bale y Lawrence fueron galardonados por sus anteriores colaboraciones con O. Russell ("The fighter" y "El lado bueno de las cosas", respectivamente) y ya se sabe que a la Academia no le gusta premiar a un mismo intérprete dos veces en tan poco tiempo. El estilo de O. Russell recuerda tanto al de Scorsese que sería casi un insulto al italoamericano que se reconociese más la labor del primero que la del segundo.

Una opinión personal: pese al sorprendente crédito que O. Russell ha estado recibiendo por parte de la crítica norteamericana en los últimos años, "La gran estafa americana" no deja de ser un film bastante convencional en el que sólo Amy Adams brilla con luz propia. Más allá de su transformación física en Torrente, Bale se limita a cumplir, mientras que Cooper y Lawrence sacan su lado más chanante y aciertan, aunque tampoco de forma memorable. ¿Es "La gran estafa americana mejor que "El lado bueno de las cosas"? Por descontado, aunque eso no significa demasiado. ¿Y que "The fighter"? Va a ser que no. ¿Es entretenida? Sí, bastante. ¿Una gran película? Si se llega a estrenar en junio, a estas alturas nadie se acordaría de ella.

¿VereGIFto?



Capitán Phillips (Captain Phillips)


De qué va: basada en hechos reales, narra el secuestro del barco Maersk Alabama a manos de piratas somalíes.

A qué está nominada: 6 candidaturas: película, actor de reparto (Barkhad Abdi), guión adaptado, montaje, sonido y efectos sonoros.

Puntos fuertes: realismo, suspense y ritmo, señas de identidad del cine de Paul Greengrass. Un montaje modélico. La sorprendente interpretación del líder de los piratas (Barkhad Abdi) y la no tan sorprendente (porque ya sabemos de lo que es capaz) de un Hanks que hubiera merecido nominación.

Puntos débiles: que "sólo" es un thriller ejemplar: no hay demasiada carga emocional ni moraleja de ningún tipo en la sobria recreación de este secuestro en alta mar.

Una opinión personal: tras el traspiés de "Green Zone", Greengrass regresa a su mejor estado de forma entregando otra cinta que es puro nervio, suspense destilado. Es cierto que los personajes son esquemáticos, apenas esbozados en los primeros minutos del film, pero no es ahí donde reside el interés dramático de la película, sino en algo tan atávico como es la supervivencia al nivel más elemental y primitivo. Aferrándose a ese sentimiento con el que todos podemos empatizar, "Capitán Phillips" ofrece dos horas y cuarto intensísimas, de las que le dejan a uno sin aire en los pulmones, articuladas con precisión de relojero. 

¿VereGIFto?



Dallas buyers club


De qué va: Ron Woodroof, un rudo vaquero texano, descubre que tiene Sida. Desahuciado por los médicos y repudiado por sus amigos, tratará por todos los medios de encontrar un medio para sobrevivir un día más.

A qué está nominada: 6 candidaturas: película, actor principal (Matthew McConaughey), actor de reparto (Jared Leto), guión original, montaje y maquillaje.

Puntos fuertes: dos actores, McConaughey y Leto, en estado de gracia y luciendo unas impresionantes transformaciones físicas de esas que tanto gustan en los premios. Su capacidad para combinar el drama con la comedia.

Puntos débiles: en la línea de "Capote", "Milk", "El último rey de Escocia" o "Ray", "Dallas Buyers Club" es una de esas películas en las que la interpretación protagonista captura irremediablemente todas las atenciones y eclipsa al resto de apartados del film, con lo que el Oscar para McConaughey podría ser su única recompensa.

Una opinión personal: más allá de las espectaculares interpretaciones de sus protagonistas, "Dallas Buyers Club" es un emocionante, divertido y honesto canto a la vida. Tiene la inmensa virtud de oler a Oscar casi sin pretenderlo, de ser recomendable para todo tipo de públicos sin hacer concesiones y de lograr que pasemos de la sonrisa al quebranto sin solución de continuidad. Resulta curioso que, no siendo mi favorita de entre las nominadas, no se me ocurra absolutamente nada malo que decir de ella. A eso yo lo llamo un éxito total.

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Gravity


De qué va: dos astronautas, la doctora Ryan Stone, primeriza en la exploración del cosmos, y el comandante Matt Kowalski, veterano de la NASA que cumple su última misión, quedan a la deriva tras un accidente inesperado durante un rutinario paseo espacial.

A qué está nominada: 10 candidaturas: película, director (Alfonso Cuarón), actriz principal (Sandra Bullock), montaje, fotografía, banda sonora, dirección artística, sonido, efectos sonoros y efectos visuales.

Puntos fuertes: Sandra Bullock en el mejor papel de su (por lo general) insípida carrera. Técnica y narrativamente "Gravity" es Dios, y si Cuarón no gana la estatuilla a la mejor dirección con esta película ya puede olvidarse de ella hasta tener edad para recibir una honorífica.

Puntos débiles: algunos espectadores despistados le han achacado una supuesta sencillez en su guión. Bullock ya tiene un Oscar, ganado en 2010 por "The blind side", así que es poco probable que le den otro tan sólo cuatro años después. El cine de temática espacial no suele ganar premios más allá de los aspectos técnicos.

Una opinión personal: tanto si uno prefiere quedarse únicamente con la apabullante experiencia audiovisual, motivo más que suficiente para pagar la entrada en la sala de cine más grande de la ciudad, como si tiene aspiraciones filosóficas más profundas, “Gravity” es una película imprescindible: técnicamente sublime, narrativamente superior a casi cualquier cosa estrenada en la última década y dotada de un catártico trasfondo existencial. (Puedes leer una reseña completa AQUÍ).

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Her


De qué va: en plena depresión post-ruptura, Theodore, un escritor sensible e introspectivo, inicia una relación sentimental con una inteligencia artificial incorpórea llamada Samantha.

A qué está nominada: 5 candidaturas: película, guión original, banda sonora, canción (“The moon song”) y dirección artística.

Puntos fuertes: un guión arrebatador, que hace del diálogo (casi obligatoriamente) su mejor arma. Joaquin Phoenix, uno de los mejores actores del mundo (no hay más que comparar su interpretación en "The master", nominada hace un año, con la de esta película). Un reparto femenino de los que enamoran: Amy Adams, Olivia Wilde, Rooney Mara y la cautivadora voz de Scarlett Johansson. La banda sonora de Arcade Fire (sí, soy muy fan y quiero verlos recoger el Oscar).

Puntos débiles: su originalidad puede jugar a la contra, pues la Academia, que es un pelín rancia, suele premiar el clasicismo. Además, su condición de comedia indie del año (aunque realmente sea más dramedy que comedia) y el hecho de que su director, Spike Jonze, no haya sido nominado, le restan casi todas las opciones para alzarse con el premio gordo. Como tantas otras veces, la nominación es en este caso la recompensa.

Una opinión personal: libre de la excentricidad intelectual del guionista Charlie Kaufman, el ex de Sofia Coppola parece haber encontrado (como ya se vio en "Donde viven los monstruos") un nuevo pulso emocional en su cine. Su última película es una exploración tierna y profunda no sólo de la relación del ser humano con la tecnología, sino también (y sobre todo) de la naturaleza intangible de los sentimientos. Pero no dejes que esta descripción tan pomposa te engañe: "Her" es una cinta cargada de trascendencia y humanidad articulada de un modo sencillo y divertido. La película romántica que enamoraría a Charlie Brooker.

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Nebraska


De qué va: Woody, un anciano alcohólico y senil, está convencido de que un premio de un millón de dólares le espera en Lincoln, Nebraska. Pese a tener la certeza que se trata de una estafa, su hijo David accederá a acompañarlo en su viaje.

A qué está nominada: 6 candidaturas: película, director (Alexander Payne), actor principal (Bruce Dern), actriz de reparto (June Squibb), guión original y fotografía.

Puntos fuertes: su magistral fotografía en blanco y negro. Su encantadora sencillez. Una banda sonora que ni siquiera está nominada.

Puntos débiles: su encantadora sencillez puede saber a poco.

Una opinión personal: después de la enorme decepción que supuso "Los descendientes", me ha alegrado reencontrarme con el  Alexander Payne de "A propósito de Schmidt" y "Entre copas". "Nebraska" no es su mejor película, y no estoy del todo seguro de que sea tan buena como ciertos sectores de la crítica quieren hacernos creer, pero sí es cierto que tiene un aspecto visual maravilloso y un par de personajes realmente memorables, además de uno de esos finales redondos que revalorizan todo lo visto en las dos horas anteriores.

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Philomena


De qué va: Philomena Lee, una inocente anciana irlandesa, decide encontrar a su hijo entregado en adopción hace 50 años. Un periodista de la BBC en horas bajas le ayudará en la búsqueda.

A qué está nominada: 4 candidaturas: película, actriz principal (Judi Dench), guión adaptado y banda sonora.

Puntos fuertes: Judi Dench, capaz de transmitir todo el rango de emociones humanas con la mirada: ella es la película.

Puntos débiles: "Philomena" es la clásica nominada británica, modesta y poco publicitada, que siempre consigue alguna candidatura de las importantes pero que tiene cero posibilidades de alzarse con la estatuilla a mejor film.

Una opinión personal: tan pequeña como es, el patito feo de las nominadas a mejor película tiene más alma y encanto que varias de sus competidoras directas. Además de suponer una denuncia necesaria de las injusticias cometidas durante años por uno de los poderes fácticos más terribles de nuestra sociedad. "Philomena" es una de esas películas emocionantes, bien escritas y mejor interpretadas, que se perderá entre la marabunta de las nominadas más vistosas. Encantadora.

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El lobo de Wall Street (The wolf of Wall Street)


De qué va: Jordan Belfort es un agresivo corredor de bolsa que a finales de los 80 inicia una desenfrenada carrera de estafas bursátiles regada con ingentes dosis de drogas, sexo y consumismo de altos vuelos.

A qué está nominada: 5 candidaturas: película, director (Martin Scorsese), actor principal (Leonardo DiCaprio), actor de reparto (Jonah Hill) y guión adaptado.

Puntos fuertes: su absoluta e hilarante desmesura. El apabullante saber cinematográfico de Scorsese, maestro de maestros. DiCaprio desencadenado.

Puntos débiles: la no nominación de la montadora Thelma Schoonmaker, además de insólita, es un handicap a la hora de optar al máximo galardón. Scorsese tiene reciente su premio al mejor director por "Infiltrados". La Academia parece empeñada en no reconocer el talento de DiCaprio: ésta es su cuarta nominación y todavía no ha cumplido los 40.

Una opinión personal: las aventuras químicas y sexuales de Belfort poseen el atractivo irresistible de un cruce entre el “Wall Street” de Oliver Stone y una de esas películas norteamericanas de universitarios salidos (“American Pie” y derivados), todo ello escrito por la gruesa pluma de Seth McFarlane, el creador de “Padre de familia”. Nominaciones y galardones aparte, decir que “El lobo de Wall Street” mantiene el nivel de la filmografía previa de Scorsese me parece una razón más que suficiente para recomendarla a todo aquél que busque una comedia salvaje carente de moralejas hipócritas y un ejercicio exuberante de narrativa cinematográfica y talento interpretativo. (Puedes leer una reseña completa AQUÍ).

¿VereGIFto?




Las otras multinominadas

Además de las 9 candidatas a mejor película, existen otros films con opciones (al menos sobre el papel) de alzarse con alguno de los premios que se entregarán este fin de semana. Éstas son las cintas que cuentan con más de una nominación:

A propósito de Llewyn Davis (Inside Llewyn Davis)


De qué va: Llewyn Davis es un cantautor folk que deambula por el Greenwich Village de principios de los 60 intentando hacerse un lugar en la industria discográfica.

A qué está nominada: 2 candidaturas: fotografía y sonido.

Puntos fuertes: pocos, de cara a los premios. Aunque como película me parezca superior a varias de las candidatas a mejor film.

Puntos débiles: sus nominaciones son de pedrea. Es prácticamente imposible que consiga premio.

Una opinión personal: el inimitable sello autoral de los Coen convierte a “A propósito de Llewyn Davis” en uno más en su larga lista de clásicos inmediatos. También, por consiguiente, en otra película destinada a ganarse el aplauso de sus incondicionales y la apatía de todos aquellos que aún no han sabido conectar con su nihilista visión del universo. (Puedes leer una reseña completa AQUÍ).

¿VereGIFto?



Agosto (August: Osage County)


De qué va: tras la misteriosa desaparición de un escritor anciano y alcohólico, su familia se reúne en su casa de Oklahoma en torno a la matriarca del clan, enferma de cáncer. Adaptación de la obra teatral de Tracy Letts.

A qué está nominada: 2 candidaturas: actriz principal (Meryl Streep) y actriz de reparto (Julia Roberts).

Puntos fuertes: uno de los elencos más impresionantes del año, liderado por una fuerza interpretativa sin parangón: Meryl Streep.

Puntos débiles: 18 veces nominada, 3 veces ganadora (la última hace un año), la Streep no necesita ningún premio que la avale como la mejor actriz viva. Como debió pensar Leo Messi, "tampoco pasa nada si este año le dan el Balón de Oro a Cristiano".

Una opinión personal: pese a su escasa personalidad narrativa, lo que diferencia a este excesivo melodrama familiar de cualquier tv movie de sobremesa es el sublime trabajo actoral de un reparto espléndido y el libreto, cargado de bilis, con el que Letts adapta su propia obra. La larga escena de la cena, de una intensidad casi insoportable, supone el clímax de una cinta que se desdibuja un poco cuando Streep no aparece en pantalla. Con otros ingredientes y el mismo cocinero, posiblemente hablaríamos de una película muy inferior: por suerte no es el caso.

¿VereGIFto?



Blue Jasmine


De qué va: tras una vida de lujo en Nueva York, Jasmine lo pierde absolutamente todo y se ve obligada a empezar de cero en San Francisco junto a su hermana Ginger.

A qué está nominada: 3 candidaturas: actriz principal (Cate Blanchett), actriz de reparto (Sally Hawkins) y guión original.

Puntos fuertes: Cate Blanchett, clara favorita al Oscar a mejor actriz principal. El montaje en paralelo de pasado y presente.

Puntos débiles: pese a su carácter extracinematográfico, la reciente acusación de pedofilia que pesa sobre Allen puede afectar a la valoración que los académicos tengan de su última película. Además, ya se sabe que el neoyorkino es más querido en el extranjero que en su propio país y que su tradicional negativa a acudir a la ceremonia de los Oscar (por compromisos musicales) le quitaría mucho encanto a la entrega del galardón a mejor guión original.

Una opinión personal: cada vez que Allen estrena cinta (y eso ocurre una vez al año), siempre hay un crítico o dos que afirman que "ésta es su mejor película en décadas". En este caso (casi) todos se han puesto de acuerdo en ello. A mí me recuerda demasiado a tantas otras cintas del clarinetista judío que me cuesta sentir ese entusiasmo. Es verdad que Blanchett está sublime y que el libreto está muy bien estructurado pero, pese a ser entretenida y tener momentos realmente buenos, no me sorprende en absoluto. Recomendable, como casi todo lo que hace Allen, pero lejos de su genial espontaneidad pretérita ("Annie Hall", "Manhattan", "Hannah y sus hermanas"...)

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Frozen: el reino de hielo (Frozen)


De qué va: adaptación libre de "La reina de las nieves" de Hans Christian Andersen en la que dos princesas hermanas, Elsa y Anna, se distancian a causa de los poderes secretos de la primera.

A qué está nominada: 2 candidaturas: largometraje de animación y canción (“Let it go”).

Puntos fuertes: su apuesta sin prejuicios por el musical animado más canónico, con una banda sonora espléndida. Su sentido del humor limpio y atemporal. Con permiso del maestro Miyazaki, la ausencia del estreno anual de Pixar ("Monstruos University") parece haberle allanado a "Frozen" el camino hacia el Oscar.

Puntos débiles: se trata de la apuesta más conservador en la categoría de mejor largometraje de animación, y si los académicos quieren dárselas de modernos puede tenerlo complicado frente a "Se levanta el viento" o "Ernest y Celestine".

Una opinión personal: más allá de su sofisticada perfección tridimensional, "Frozen" se presenta, al igual que "Enredados" en 2010, como un revival de la vieja receta Disney. Para aquellos que crecimos con los personajes y las canciones de hitos como "La Sirenita", "La Bella y la Bestia", "Aladdin" o "El Rey León", esta fábula invernal recupera la sensación de tener 10 años y dar saltitos de felicidad en la butaca mientras los protagonistas entonan pegadizas melodías. Tanto por técnica como por sentido puramente lúdico, "Frozen" es el clásico Disney con más encanto desde "Lilo y Stitch".

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Gru 2: mi villano favorito (Despicable me 2)


De qué va: nueva entrega de las aventuras de Gru, genio criminal convertido en padre adoptivo de tres pequeñas que sacarán a la luz su lado más amable.

A qué está nominada: 2 candidaturas: largometraje de animación y canción (“Happy”).

Puntos fuertes: los minions, mascotas animadas que ya han trascendido al ámbito de la cultura popular y que en 2015 protagonizarán su propio spin-off.

Puntos débiles: siendo una secuela, carece de la capacidad de sorpresa de la original.

Una opinión personal: coyuntural a más no poder, "Gru 2" supone una mejoría importante respecto a una primera entrega cuyo único hallazgo notable eran esas juguetonas criaturas amarillas inspiradas en los Rabbids de Ubi Soft. En esta segunda parte, los minions vuelven a reservarse casi todos los momentos estelares, en una sucesión de sketches que poco o nada tienen que ver con la trama principal y que deja bien claras las carencias dramáticas de un film que jamás esconde su vocación exclusivamente comercial. Tan entretenida como olvidable.

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El gran Gatsby (The great Gatsby)


De qué va: Nick Carraway, un joven aspirante a escritor, se traslada a Nueva York para probar fortuna como vendedor de bonos. Al llegar a la ciudad conocerá una insólita vida de lujo y vanidad en el matrimonio formado por su prima segunda Daisy y el marido de ésta, Tom Buchanan. Esta percepción de la riqueza y sus posibilidades quedará sin embargo eclipsada por las bacanales sin medida que cada noche se celebran en casa del vecino de Nick en el West Egg: el misterioso Jay Gatsby.

A qué está nominada: 2 candidaturas: dirección artística y vestuario.

Puntos fuertes: el glamour de los años 20 llevado a la pantalla con grandes medios técnicos y humanos.

Puntos débiles: su artificioso acabado digital rechina un montón y estoy convencido de que visualmente va a envejecer fatal.

Una opinión personal: cuando “El gran Gatsby” se olvida de epatar al espectador con su epiléptico frenesí videoclipero y se centra en los sentimientos de su atormentado protagonista, la película consigue ofrecer emociones auténticas con las que uno puede empatizar. El resto del tiempo, que es mucho (140 minutos que podrían haber sido 100 perfectamente), no es más que un carísimo carnaval que postula a su director, Baz Luhrmann, como el idóneo organizador del próximo desfile del día del orgullo gay. (Puedes leer una reseña completa AQUÍ).

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El Hobbit: la desolación de Smaug (The Hobbit: the desolation of Smaug)


De qué va: Bilbo, Gandalf y compañía prosiguen su peligroso viaje hacia la morada del dragón Smaug.

A qué está nominada: 3 candidaturas: sonido, efectos sonoros y efectos visuales.

Puntos fuertes: su apartado técnico, por supuesto, y el enorme cariño que el público siente hacia el combo Tolkien-Jackson.

Puntos débiles: la misma continuidad con la Trilogía del Anillo que ha garantizado el éxito comercial del proyecto se ha convertido en una vara de medir excesivamente exigente, llevando a la inevitable decepción de muchos seguidores de la saga.

Una opinión personal: “La desolación de Smaug” continúa acusando la elefantiasis autocomplaciente de Peter Jackson, y lo que hubiera quedado niquelado en dos horas justas se estira hasta la saturación de unos interminables 170 minutos. Por el camino, sin embargo, la cinta deja una cuantas escenas para el recuerdo (el ataque de las arañas en el Bosque Negro, la persecución por los rápidos del río o el cara a cara con el dragón del título) y una tensión dramática considerable, resultando bastante más satisfactoria que su predecesora, la soporífera “Un viaje inesperado”.

¿VereGIFto?



El llanero solitario (The lone ranger)


De qué va: ayudado por el indio Toro (Tonto en el original), un abogado, reconvertido en ranger y dado por muerto tras la emboscada de unos forajidos, regresa de la tumba para impartir justicia en el salvaje (y esquizofrénico) Oeste imaginado por Gore “Piratas del Caribe” Verbinsky.

A qué está nominada: 2 candidaturas: maquillaje y efectos visuales.

Puntos fuertes: la cara pintarrajeada de Johnny Depp.

Puntos débiles: salvo a ciertos cinéfagos sin pelos en la lengua, "El llanero solitario" parece no haber gustado ni a crítica ni a público. En la categoría de efectos especiales hay candidatas mucho más "premiables".

Una opinión personal: la única película de 2013 con la que me he quedado dormido (en el salón de casa, claro). Innecesariamente larga, inesperadamente estrambótica y deliberadamente idiota, “El llanero solitario” es una de las peores inversiones llevadas a cabo por la Disney en los últimos años.

¿VereGIFto?



El único superviviente (Lone survivor)


De qué va: basada en valerosos, patrióticos e inspiradores hechos reales, narra una misión en las montañas de Afganistán ejecutada por cuatro Navy Seals estadounidenses.

A qué está nominada: 2 candidaturas: sonido y efectos sonoros.

Puntos fuertes: las escenas de acción, muy bien rodadas. La banda sonora de Explosions in the Sky.

Puntos débiles: todo lo demás.

Una opinión personal: Berg, apadrinado en su día por Michael Mann, rueda con nervio y claridad expositiva un publirreportaje de las Fuerzas Armadas cuyo único objetivo es ensalzar a unos sufridos soldados norteamericanos, buenos buenísimos, que sangran apasionadamente en rojo, azul y blanco ante las balas de unos afganos más malos que la ETA, el aborto y los separatistas catalanes juntos. Basura propagandística pro-yanki en un envoltorio de lujo.

¿VereGIFto?



The Grandmaster


De qué va: narra la historia de Ip Man, maestro de Bruce Lee, durante la invasión japonesa de China en la II Guerra Mundial.

A qué está nominada: fotografía y vestuario.

Puntos fuertes: por lo visto en trailers y demás, un gran diseño de producción y unas imágenes virtuosas de combates bajo la lluvia.

Puntos débiles: ¿una película asiática de artes marciales, filosófica y esteticista, nominada en categorías menores y que no es candidata a mejor film de habla no inglesa? Muuuuy complicado.

Una opinión personal: "The Grandmaster" es la única multinominada que aún no he visto. Es muy probable que acabe gustándome el día en que finalmente le dé una oportunidad, pero reconozco que sus 130 minutos de orientalismo trascendente made in Wong Kar-Wai me dan una pereza enorme ahora mismo. Así que...

¿VereGIFto?



Mi quiniela personal

Por desgracia, lo que a mí me gusta y lo que acaba siendo nominado y premiado rara vez coincide. Si mis preferencias son discutibles, las de la Academia no te quiero ni contar. Todavía me sorprende que cintas como "Shakespeare in love", Una mente maravillosa", "Chicago" o "Slumdog millionaire" se impusiesen a competidoras como "Salvar al soldado Ryan", "La comunidad del anillo", "El pianista" y "El curioso caso de Benjamin Button", respectivamente. El año pasado, sin ir más lejos, una película tan mediocre como "Argo" derrotó a "Django desencadenado", "Amour", "Los Miserables" o "Vida de Pi", en mi opinión muy (pero que muy) superiores. Por eso mi quiniela es más una predicción suicida que un deseo: esto es lo que creo que ocurrirá la noche del domingo y no necesariamente lo que a mí me gustaría que ocurriese.


Mejor película

"12 años de esclavitud"

Mejor director

Alfonso Cuarón ("Gravity")

Mejor actor

Matthew McConaughey ("Dallas Buyers Club")

Mejor actriz

Cate Blanchett ("Blue Jasmine")

Mejor actor secundario

Jared Leto ("Dallas Buyers Club")

Mejor actriz secundaria

Lupita Nyong'o ("12 años de esclavitud")

Mejor película de habla no inglesa

"La gran belleza"

Mejor guión original

"Nebraska"

Mejor guión adaptado

"12 años de esclavitud"

Mejor fotografía

"Nebraska"

Mejor montaje

"12 años de esclavitud"

Mejor dirección de arte

"12 años de esclavitud"

Mejor diseño de vestuario

"12 años de esclavitud"

Mejor maquillaje

"El llanero solitario"

Mejor sonido

"Gravity"

Mejor edición de sonido

"Gravity"

Mejor banda sonora

"La ladrona de libros" (John Williams)

Mejor canción

"Ordinary love" de U2 ("Mandela. Del mito al hombre")

Mejores efectos visuales

"Gravity"

Mejor cortometraje de ficción

"The Voorman Problem"

Mejor largometraje de animación

"Frozen. El reino de hielo"

Mejor cortometraje de animación

"Possessions"

Mejor largometraje documental

"The act of killing"

Mejor cortometraje documental

"Facing fear"